El primer salud de la noche fue un vino con frutillas del Ritual, a pasos de la pinto. Vacilamos la jarra entero rápido y nos fuimos a la plaza. Llegó el Judas y detrás venía Jesús resucitado. Bailábamos «Traición» de Miranda y nos repartimos el vino como si fuéramos curas de la misma misa. La María se comenzó a sentir mal, la llevamos a una escalera y vomitó. «Está vomitando sangre», dijo alguien, «llamen a una ambulancia». Nuestras caras cambiaron, Judas comienza a marcar hasta que María exclama: «Son las frutillas del Ritual», y apagó tele.
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